miércoles, 27 de junio de 2012

PSICOLOGIA EN LA ANTIGUEDAD


Desde sus orígenes, el hombre como ser pensante, ha vertido su análisis hacia la naturaleza y a él como parte de ella. En ese proceso ha intentado explicar que ocurre en su “mente” para determinar la complejidad de su comportamiento, y más aún, cuales son los factores que la determinan como fenómeno complejo. Por ello, observamos que a lo largo de la historia ha habido diversas manifestaciones de estén proceso reflexivo, apuntalando el futuro desarrollo de la Psicología como ciencia, que vio sus primeros atisbos como tal, a partir del siglo XVII, siglo en que se sentaron las bases para el nacimiento de la ciencia moderna. (Myers, 2005).

Pensadores destacados en la antiguedad

Las primeras referencias en la historia sobre personajes que, dentro de su sabiduría, aportaron con elementos reflexivos que luego formarían del marco conceptual psicológico, se remotan a tiempos muy lejanos.



Ya en la India, Buda (VI a.C.) se preguntaba  sobre la relación entre las sensaciones y las percepciones, como base para la generación de las ideas.






En China, Confucio (551 - 479 a.C.) destacaba el poder de las ideas y de una mente instruida.










Según referencias, en Israel (según las escrituras hebreas) (a.C.) , ya se relacionaba la mente y la emoción con el cuerpo. Recomendaban que las personas “tenían que pensar con sus corazones y sentir con sus entrañas” (Myers, 2005)




En la antigua Grecia, el filósofo Sócrates  ( 469-399 a.C.),   consideraba que la mente era separable del cuerpo y seguía viva después de la muerte, y enfatizaba en la idea de que ya nacemos con el conocimiento. Destacó por considerar que la mejor forma de conocer el mundo interno (psicológico) de las personas, era a través de un auto análisis, proceso que en la actualidad se conoce como introspección.





Más adelante, otro gran intelectual griego, Platón (427 - 347 a. C.), destaco por sostener que el hombre auténtico será aquel que consiga vincularse a las ideas a través del conocimiento,  del acto intelectual -y no de los sentidos- consistente en que el alma recuerde el mundo de las ideas del cual procede.





El discípulo de Platón, Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) que más adelante se convirtió en su disidente, formuló principios obtenidos de observaciones cuidadosas, llegando a la conclusión que “el alma no se puede separar del cuerpo” y que el conocimiento no es preexistente a la naturaleza del cuerpo, como lo sostenían Sócrates  y Platón, representantes embrionarios de la lógica racionalista. Ya Aristóteles intuía que los acontecimientos vividos en condiciones de emoción fuerte, se fijan mejor en la memoria, que los acontecimientos no relacionados a las emociones.



Fuente : Myers, D. (2005). Psicologia. Edit. Médica Panamericana 

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